Si tratamos de explicar la mente desde el lado de la neurociencia tendríamos que estudiar y entender el funcionamiento del cerebro y sus bases biológicas de la conducta humana y demás actividades cerebrales, pero por el lado oriental, especialmente el lado del budismo, es decir, según las enseñanzas de Buda, todas conducen a un mismo fin que es «dominar , conquistar y transformar nuestra mente», la mente es la raíz de todo, la creadora de la felicidad y del sufrimiento.
Alguna vez escuchaste o leíste por ahí: «mira hacia adentro de ti», lo cual no significa que te vuelvas un introvertido, significa comenzar a tener una comprensión de la mente y su naturaleza, observando el comportamiento de la misma.
De acuerdo al budismo, la mente tiene dos aspectos: la realidad de la mente y la apariencia de la mente.
Creemos que los pensamientos y las emociones son la mente pero éstas son sólo la apariencia de la mente, es como comparar el sol y sus rayos, los rayos son la apariencia pero su verdadera naturaleza (la realidad) es el sol en si mismo.
Por ejemplo, si todo el día estamos saltando de pensamiento en pensamiento, llegamos a casa y no podemos dormir y seguimos pensando, creando historias, proyectando o imaginando cosas, entonces ese pensamiento te lleva a otro y otro y así sucesivamente, entonces, mientras estemos en este estado de apariencia no podemos ver la verdadera naturaleza de la mente ni residir en ella.
La clave es observar en dónde está tu mente, ¿está saltando de pensamiento en pensamiento o perdida en emociones? ¿Hacia dónde está mirando? ¿Está reconociendo u observando su propia y verdadera naturaleza?
Si puedes transformar y dominar tu mente entonces también podrás transformar lo externo, todo aquello que observas o que percibes comenzarán a cambiar y serán diferentes.
Una de las maneras de cambiar o transformar y dominar la mente es la meditación, en ella te enseñan las diversas técnicas para aprender a observar el estado de la mente y llegar a estar en estado en calma y quietud o residiendo en el estado presente, pero esto te lo contaré en un siguiente post.
Por ahora intenta observar ahora mismo en dónde está tu mente y trata de calmar los pensamientos, obsérvalos como una pantalla de cine y déjalos ir, no te enganches en ellos ni crees historias.
Otra manera sencilla de explicar la naturaleza de la mente es a través de un cuento, se dice que Buda estaba con su discípulo caminando por el campo, cruzaron un río y de pronto a Buda le dio sed y le pidió a su discípulo que regrese al río y llene su cuenco (recipiente para llevar agua), pero cuando el discípulo llegó al río vio que unos caballos lo habían cruzado ocasionando que la tierra profunda y algunas hojas salieran a la superficie y ahora el agua del río se encontraba turbia y ya no se podía beber el agua, entonces el discípulo regresó dónde Buda y le dijo que no podía sacar agua de ese río porque el agua ya no estaba clara, entonces Buda le dijo: » regresa al río, siéntate ahí, espera y observa, veras que la tierra movida y las hojas se asentarán nuevamente y entonces el agua volverá a su claridad, entonces llena mi cuenco y tráelo, el discípulo regresó, se sentó a esperar y efectivamente la tierra y las hojas se asentaron en la profundidad y el agua volvió a estar clara, el discípulo entendió lo que Buda quiso explicarle y es que los pensamientos es como el agua turbia llevada por la corriente pero cuando se aquieta y se calma podrás observar su verdadera naturaleza.
